15/12/11

La Soberania Alimentaria.

En el edificio de Transcorrales de Oviedo,  Gustavo Duch Guillot dictó una conferencia en la semana de Puertas abiertas a la Solidaridad, programada por el Ayto. de Oviedo. Gustavo Duch, hizo una denuncia del capitalismo y sus megalomanías, proponiendo la corriente de “ lo pequeño es hermoso” y proponiendo otro tipo de uso de la agricultura y de los alimentos por ella conseguidos.
Gustavo Duch Guillot es coordinador de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas, y autor de “Lo que hay que tragar” y “Alimentos bajo sospecha”. Tambien citó su último libro: “Sin lavarse las manos. Cuentos para antes de comer” del que no se hizo aún la presentación en Asturias.

Propone a las organizaciones unos métodos diferentes de trabajar el tema, haciendo lo posible por divulgar el consumo responsable a pequeños agricultores, implicarse directamente en la lucha por conseguir el consumo en el entorno próximo y no en las grandes superficies y marcas que abusan y acaban con el pequeño agricultor.
  
Invitó a dejar de tener miedo  de organizar las cosas de forma diferente. A seguir impulsando un consumo responsable, un uso racional de los recursos y a impulsar la comunicación a la población, de que lo próximo tiene más garantía de calidad (saber qué se come y como son  los alimentos que nos llegan desde la producción agrícola local que lo que ofrecen las  grandes marcas  alimentarias y superficies comerciales. También hizo una denuncia de grandes empresas que controlan, manipulan y explotan a  campesinos, acabando con los pequeños productores, y denunciando que el 70% de los pobres, son de procedencia rural, aún cuando son ellos  los que producen los alimentos.
Destacó que la empresa Campofrio es parte de la multinacional Smithfield Foods, que deslocalizan  sus fábricas en Rumania y Polonia, llevando a los productores locales el hambre y la pobreza, siendo este tipo de explotaciones quienes originan también enfermedades como ocurrió en México con la gripe A.
Esta derivación a la megalomanía del capitalismo,  lleva a las empresas a un  menor control, mal trato de los animales, descuido en la higiene y manipulación de los productos y deterioro de las sociedades rurales, desapareciendo las posibilidades existentes hasta el momento de sobrevivir en el medio, por lo cual optan por emigrar a las ciudades, donde no tienen  qué comer, ellos, que fueron por milenios, los productores de los alimentos para toda la humanidad. 
Otro dato significativo, está en la cantidad de superficies boscosas que fueron taladas y preparadas para la siembra de semillas transgénicas en Brasil y Argentina, en concreto de soja que se dedica en su casi totalidad a la producción de biocombustible,  hay que dar de comer a los coches y dejar de dar de comer a las personas. Se roturan tierras fértiles, se talan árboles centenarios para favorecer la siembra de soja transgénica que se dedica a la exportación.
Otro ejemplo de explotación lo representa la empresa Pescanova, a la que hay que denunciar, puesto que lleva sus barcos-factoría a zonas marinas de caladeros importantes en costas de Mozambique, Senegal y Sahara. Y los esquilma “a lo grande” también.
La PAC o Política Agraria Común, "a lo grande" está diseñada también para beneficiar a productores grandes.

Una gran parte de la comida que se produce en los países como Japón, USA y UE, se destruye y la mayoría del pescado que se consume en nuestro país viene de fuera. Son situaciones anómalas, puesto que no debiera haber hambre ni escasez de alimentos, cuando hay muchos que se pierden en esos países.

¿Cómo luchar contra esta situación? Puso como ejemplo, el siguiente: ·Una nube de mosquitos, puede acabar con un rinoceronte·. Seamos nube de mosquitos.
Hay que hacer de la cooperación una herramiento campesina, que potencie al pequeño agricultor que haga lo pequeño múltiple y hermoso y lanzó la optimista propuesta de  que estamos viendo el declive del modelo capitalista, y la cooperación tiene que jugar un papel diferente, potenciando el cooperativismo y menos los proyectos, es decir, trabajar de forma diferente  y perder el miedo,  cambiando incluso de nombre –porqué no- y llamarse organizaciones no capitalistas ONC en vez de Organizaciones No Gubernamentales, ya que el miedo es un valor capitalista y de él se sirven para controlar a la población.
Nuetro papel como ONGD debiera ser, perder el miedo, potenciar la cooperación y luchar para que la Soberanía Alimentaria sea una alternativa real y concreta.
En varias ocasiones, comparó el cambio que observamos y vivimos como un embarazo en el que se está gestando algo diferente que no sabemos claramente como será,  pero que debemos seguir impulsando para cambiar este sistema capitalista.